MUSIQUITA

martes, 13 de septiembre de 2011

Lxs dueñxs de nada


Hay diez mil recetas para aliviar el alma, aumentar la felicidad, reducir el cólico, nivelar el azúcar, acabar con la celulitis, engrosar aquello, alargar el pelo, broncear la piel, aclarar los ojos, enrojar la boca, agrandar los ojos, bajar de peso. Otras diez mil formas de agrandar los pechos, aumentar la talla, apretar los músculos, ganar fuerza y hacerse el fuerte. Métodos para todo, para materia inerte, sin sentido, para aliviar un cuerpo desprendido de una realidad corazonada, un corazón que atañe a la realidad y figura en todos lxs nadies.
Se sorprende la señora de la suciedad de las manos de quién le pide una moneda, porque pobre hombre me recoge las miserias. La sorpresa se diluye y se reduce a un pasaje condenado al olvido. Pobre señora, pobre señor.
Pero la señora se entusiasma porque por la tele anunciaron que su sueldo aumentaría. La pobre señora se imagina un mundo retocado, dibujado por colores destellantes y lejanos, se transporta a una playa imposible, y ¡Vaya hombre el que se puso! Pero cuando sale, se consume en sus deseos, ignora al de las manos y pasea por su gloria.
Y así esa gloria de la señora con un corazón vago y gaseoso transcurre sin mayor problema entre los deseos y la tristeza, porque le enseñaron que los deseos se compran y cuando no se compran hacen falta. La mierda de mundo se volcó contra la vida. Los deseos ya no son la vida misma, sino unas tetas, unos zapatos de cuero de un insensible cocodrilo, un labial y mil objetos más...para que desee más, para que compre más. La señora no despertará porque no encuentra explicaciones a un mundo que hace las vicisitudes una norma, no reacciona ante su pequeña pecera y justifica su alegría extinta.
¿Alegría? Si, esa que rima con rebeldía, esa que se junta con las palabras y la pasión para recordar las injusticias y sopesarlas a punta de realidad de colores vivos, que huelen, que transpiran, que despiertan. Alegría la que sienten Lxs Nadies cuando se pelean por la vida, por el hombre nuevo, porque las tetas, los labios, el azúcar, los músculos no sean la preocupación, sino el vigor de sentirse vivos y la fuerza para que todos puedan sentirlo, alegría es revivir la preocupación ocupada en la vida real y en las manos arriba por el conocimiento, la libre reflexión, la libertad, la felicidad a punta de puertas que se abren, de lágrimas justas que siembran la tierra de esperanza y cosechan frutos que se comparten y se discuten. Alegría de hacer las cosas sin recurrir a nadie, sin comprar nada, sin consultarlo, sentirse libres e iguales al otro. Mil luchas se librarán todos los días porque estos Nadies viven una fiesta que no vende su alegría, la fuerza de sus cuerpos ni la persistencia de sus almas.
 

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